lunes, 21 de mayo de 2007
Otra de Aldo, las comparaciones son odiosas pero...
Se va Blair, un mejor tema que estos múltiples Canchayas congresales (pobres diablos a desaforar sin asco por sinvergüenzas), “Chiquitín” y sus disparates (ya que se largue), la idiotez de pretender regresar al bicameralismo (¡idealizando encima pasados Congresos que colaboraron en llevar al país al desastre como en 1945-48, 1963-68 y los 80!) y otras minucias. ¡Mucho más apetece Blair! Balances e historia: Heath (conservador), Wilson y Callaghan (laboristas) gobernaron pésimo Inglaterra bajo el estatismo y, cual país del Tercer Mundo, Albión tuvo que arrodillarse ante ¡el FMI! Huelgas múltiples (el sindicalista rojo Scargill mandaba) y bombas matando hasta a la realeza (Lord Mountbatten, último virrey de la India y primo hermano de Isabel II). Inflación creciente y economía decreciente. El viejo laborismo marxistoide se retiró deshecho en 1979, reemplazado por la estupenda Thatcher, que aplicó reformas liberales para enderezar la economía, acabó con las dictaduras sindicales, reprimió implacablemente al IRA y gobernó casi 11 años con voluntad de hierro. Tuvieron que esperar la inesperada caída de “Maggie” y el paréntesis de un económicamente hábil pero políticamente débil gobierno sucesor (Major) antes de regresar con el carismático Blair y su “New Labour” (Nuevo Laborismo), depurado de marxismo, reemplazando a izquierdistas como Foot y a eternos perdedores como Kinnock (también le ayudó la prematura muerte del fugaz líder John Smith). Blair tomó las mejores banderas de la derecha (“Ahora todos somos thatcherianos”, reconoció su ministro Mandelson) y la evaporó como alternativa (ayudado por sus pésimos candidatos Hague, Duncan-Smith y Howard), mientras la izquierda laborista (“Militants”) desaparecía sola por sus radicalismos. Manteniendo la ortodoxia, Blair focalizó exitosamente el gasto social y la obra pública, independizó al emisor, desconcentró el poder político y las competencias administrativas (“devolution” a Escocia y Gales), mantuvo un boom económico que minimizó el desempleo, trató de mejorar los servicios públicos introduciendo competencia, cerró la paz en el Ulster y acabó con la demagogia de la educación universitaria gratuita. Como Thatcher, Blair gobernó casi 11 años. Como ella, salió muy “quemado” por errores y por presiones partidarias. Más que errores, necedades: el absurdo Poll Tax (elevado tributo predial plano) en “Maggie”, una guerra insensata en Tony. Pero ambos dejaron a su país muchísimo mejor de lo que lo recibieron. A Blair le sucede ahora su superministro Gordon Brown, mientras el Partido Conservador ya amenaza seriamente con su candidato David Cameron. Salvando distancias, autoritarismos y corruptelas, déjenme ensayar ciertos paralelismos. Nuestra clase política de los 80 imitó mucho a la británica de los 70 en hacer puré a la nación. Fujimori hizo un necesario vuelco económico radical como Thatcher. Toledo fue un impopular, débil y pragmático sucesor como Major. Y García jugó el papel de Blair, trayendo de vuelta a su viejo e histórico partido al poder, algo que hasta bien entrados los 90 parecía imposible aquí y allá. ¿El APRA, cual New Labour, gobernando 10 años? ¿García será Blair y Del Castillo Gordon Brown?
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